Por eso los pescadores mexicanos con temor le llaman:
EL PEZ DIABLO.
Sus escamas se transforman en un shield que cuando se unen se vuelve como una roca todo su cuerpo, algo así como el batimovil.
Con sus espinas rompe las redes y sangra las manos que lo logran atrapar y huye porque es muy veloz porque tiene forma de tiburón.
Y por si fuera poco el wey come microalgas, (no micro nalgas) osea se alimenta a webo ya que ese tipo de “suciedad” lo hay tanto en peceras como en ríos y estanques. De hecho para eso lo trajeron a México como especie exótica y limpia peceras, pero pues como siempre el comercio desregulado y la mercadiza lleva cientos de miles de estos diablos bebé y cuando no se les venden o rebasan sus estanques (porque además el wey se multiplica en chinga) pus los sabios vendedores y criadores de peces mexicanos los echan al río.
Ahora el pedo es que este perverso anfibio ahora ha tomado los ríos y estanques mexicanos echando a las especies que si son comestibles, porque este pinche espinozo ni siquiera se come.
Se chupa literalmente el alimento de los demás peces y llega en banda a echar a las inocentes truchas y demás peces que por años se multiplicaban esperando ser empapelados al mojo de ajo.
Y ahora los pescadores dicen que “El Diablo” los está dejando sin comida y sin trabajo.
Pero casualmente en el norte de Estados Unidos, sucede que este pez es re caro PORQUE LO LLEVAN DESDE JAPÓN!!!
---silencio---
¿Quién dijo yo? Tengo una lancha y una red metálica, cacemos al diablo y vendámoslo caro a los gringos!!!
YEAH!!!
